martes, 1 de marzo de 2016

I CONCURSO DE RELATOS: ¡Que comiencen las votaciones!

¡¡¡Bien, llegó el momento!!!

Queridos lectores, hoy comienzan los días de las votaciones de los relatos que habéis enviado, 3 días habrá. A continuación os dejo los escritos participantes, los cuales serán anónimos. Solamente podéis votar uno, en comentarios (Ej: Mi voto es para el relato "......."). ¿Fácil verdad? En caso de haber empates, que será lo más probable, se irán retirando los relatos no votados y reduciendo los finalistas.
 
SÓLO PUEDEN VOTAR LOS 16 PARTICIPANTES
 
¡Ah!, no podréis votaros a vosotros mismos. :)

Mucha suerte y muchas gracias a todos, una vez más.

1- El sueño
Me desperté con tu dulce rostro mirando el mío. Quería barajar la mescolanza de sensaciones, que aún perduraban en mi cuerpo medio dormido, pero no pude. Mi cerebro racional me gritaba ha sido un sueño. El corazón hecho de puro sentimiento, decía en apenas un susurro, lo has vivido.
Era irreal, pero a la vez cierto, que estabas allí como siempre a mí lado. En el sillón de tu vida de madre, de mi época de infancia. Juntas las dos a través del tiempo. Yo convertida en adulta, tú en una mujer que ya pintaba canas. Contemplando las dos unas fotos por etapas, dónde aparecía el hijo que a su vez es el nieto. Qué bonito era dijiste, con un guiño y una sonrisa.
Fue en ese momento cuando se rompió mi alma, al escuchar esas simples palabras. Me sentí más hija que nunca y también más madre. Un mensaje pequeño que decía tanto. Se cayó una lágrima por mi mejilla al comprender, que ni la muerte había bastado, para que no lo vieras crecer. Ya que te fuiste al eterno viaje, cuando él era apenas un bebé.
Qué bonito era me dijiste y entonces desperté.

2- Eterno instante
Nos cruzamos. Miradas sedientas de amor y locura posaron sus ojos en mis labios rojos de pasión. ¿Urgencia o Amor entre otras miradas ignorantes? Frente a mí, antes de abandonar el vagón, una nota posó en mi mano, rozándola despacio, ardientemente. Una dirección. ¿Mente o corazón? Horas después allí estaba. Besos, sudor y gemidos. Tras el éxtasis, una despedida fugaz. La única manera de hacer el instante eterno es no volvernos a ver.


3- Vuelve a mí
Vuelvo a casa después de una jornada como barrendera; un trabajo entretenido, todo el rato barre que te barre.
Deseando estoy de llegar para darle un achuchón a mi marido, pasaremos la tarde juntitos como siempre. Entro en casa y huele a él, cómo se tatúa en mi piel su olor. Lo llamo.

—Pedro, ya llegué —no contesta, silencio total, lo vuelvo a llamar, nada ni un ruido. Voy a la cocina, al baño y así al cuarto. Allí está, dormido. Me acerco a él y le beso, mi bello durmiente despierta, me mira, sonríe.
— ¿Quién eres? —Me pregunta
—Soy yo, Paloma, tu mujer. — Le acaricio la cara lentamente, le beso en los ojos, poso mis labios en su oreja, y le susurro.
—Pedro, soy Paloma, ¿Recuerdas?

Pedro me mira con ternura, con amor… con deseo. Me atrapa la cara con las dos manos y me besa lentamente, después dice.

—Hola, mi vida.

Pedro tiene Alzheimer. Empezó hace unos años. Antes no se le notaba tanto, pero últimamente no me reconoce al llegar a casa, siempre es el mismo ritual, un beso, una caricia, luego me hace el amor como si fuera la última vez.

4- Los libros nunca se equivocan
El abogado no sabía cómo darle la noticia. La tenía sentada delante de él y veía como la joven se mordía las uñas mientras esperaba. Era muy duro lo que le tenía que decir. Él había cumplido con su trabajo concienciudamente, no tenía nada de lo que avergonzarse, pero no podía evitar sentir un extraño dolor en la boca del estómago. Por fin se decidió a desvelar a su clienta el resultado de sus pesquisas.

—He buscado en los archivos. En los registros de todos los pueblos y ciudades, en las embajadas y consulados sin ningún resultado positivo.
—Pero no puede ser —gritó la chica con desesperación—. ¡No tiene sentido lo que me está diciendo! ¡Es imposible!
—Eso es lo que parecía, que este asunto sería una cosa sencilla, pero se ha complicado mucho y lo hallado no es lo que esperábamos. Lo siento mucho, pero el resultado es el que es. Los libros no fallan, nunca se equivocan y tenemos que hacer que así siga siendo: Usted no existe.


Y el abogado, sin más preámbulos, sacó una pistola del cajón de su mesa y dándosela a su clienta, salió de la habitación.

5- Desconocido
No vio su rostro, solo olió su aroma. Creyó ver un reflejo de una sombra que se escapaba. Había estado allí. No se lo podía creer, de nuevo alguien desconocido para ella la asediaba. Se sentía observada sin ver a nadie a su alrededor, se sentía protegida sin que nadie la abrazara. ¿Pero quién era? ¿Qué esperaba de ella? ¿Qué buscaba? Tantas incógnitas sin resolver.
Había leído últimamente muchos libros de malos que en realidad eran buenos, de monstruos hermosos, muchachas inocentes enamorándose de malvados. Siempre habíamos tenido tendencia a enamorarnos del chico malo. Pero lo de las películas era eso, solo ficción. Quizás, ella quería hacer de algo desconocido algo muy bonito. Quizás no era tan malo. Quizás la tranquilidad que ella sentía que ese desconocido le transmitía solo era de su imaginación. Quizás…..no sabía nada.
En un intento de valentía intentó quitar tanto misterio de su vida. Antes de acostarse, cogió su pintalabios de rojo carmesí y pintó sobre el cristal la única pregunta que le rondaba por la cabeza aquellos días. ¿Quién eres? Se acostó a intentar dormir. Como cada noche, sintió que alguien la observaba. Cuando se levantó leyó en el espejo. SOY TU PEOR PESADILLA.

6- Apenas la conozco
Apenas la conozco y ya sé que no habrá otra.
Yo estoy en mi museo favorito, como cada martes. Ella se ha acercado a mí y me ha preguntado por un cuadro, confundiéndome con el artista.

- No es en ésta sala… o eso creo. Pero pruebe en la sala número tres, aquí a la derecha. - Digo, fingiendo no ser amante del arte. Ella no parece la clase de mujer que frecuenta museos y yo no quiero quedar de intelectual.


Así que se va, y yo ya la echo de menos. Sé que no la volveré a ver, y por eso, un súbito impulso me lleva a correr hasta la puerta. Allí está, la veo. Está… acompañada. Un chico acaba de alcanzarla y la está besando en la boca. Está bien, no importa. No es como si me hubiera enamorado de ella.
Pero entonces se gira, nuestras miradas se cruzan, sus labios se curvan.
Y mi corazón estalla en mil pedazos.

7- Últimos latidos
El dichoso monitor no dejaba de emitir aquel molesto sonido, señalizando los débiles latidos de la mujer. La anciana permanecía más muerta que viva. La operación a corazón abierto había sido todo un éxito, sin embargo, la recuperación no parecía ir tan bien. Su cuerpo rechaza las nuevas válvulas que le habían puesto. Y a su edad una segunda operación no tenía sentido. Por ahora, solo quedaba esperar un milagro.


―Hija mía, no llores… por mí. Yo ya he vivido demasiado. Si he de marcharme… lo haré feliz.

Ainara besó la mano de su madre mientras las lágrimas resbalaban por sus mejillas.

―No digas nada, mamá. No vas a morir. Esto es solo un pequeño bache, nada más.

―No puedo… saltar este bache ahora. El precipicio es muy grande. Ahora… Ahora escucha. Tengo que contarte algo que nunca antes te dije.

Ainara permaneció una centésima de segundo observando a su madre. ¿Qué tenía que contarle?

―No hables, mamá. No gastes fuerzas.
―Hija… ―La madre le acarició la cara―. Lamento no haberlo dicho antes, pero… ―Una horrible tos la sacudió.
―¡Mamá!
―Pero… ―Los ojos de la mujer se tornaron blancos―. Eres hija del pescadero…

El monitor emitió un largo pitido.

8- Las cosas buenas de mi vida
El olor del café nada más levantarme, el Canon de Pachelbel cuando me subo al coche, la sonrisa de mis alumnos cuando voy a recogerlos a la fila, el desayuno del recreo charlando de fútbol con mi compañero, el timbre de salida, la canción “Divenire” de Ludovico Einaudi durante el camino de vuelta, el olor a comida cuando abro la puerta de casa, el placer de ponerme las zapatillas y el pijama, comer con mi padre, mi madre y mi hermana, meterme en la cama después de comer, jugar a la videoconsola y convertirme en un caballero, un mago o un futbolista, sentir el agua caliente de la ducha cayendo sobre mi cuerpo después del gimnasio, el ruido de la puerta anunciando tu llegada, tu rostro feliz después de un duro día de trabajo, el cálido beso de tus labios sobre los míos, una caricia sobre tu fina piel, cenar mientras vemos un capítulo de nuestra serie favorita, acurrucarnos en el sofá bajo el calor de una manta, escuchar la canción “Dearly Beloved” cuando vamos a dormir, cerrar los ojos y soñar sabiendo que tú yaces junto a mí hasta el día siguiente...

9- La cita con el destino
Aquella mañana se sentía radiante. Se levantó, se dirigió al baño y se pegó una buena ducha. Se maquilló y se arregló el pelo. Se puso delante del armario y eligió su mejor vestido. Eligió los zapatos de quince centímetros de tacón, aquellos que le estilizaban tanto sus bonitas piernas. Cogió el bolso que reservaba para las ocasiones especiales, el abrigo de piel que le regalaron para su último cumpleaños y sintiéndose la reina y la mujer mas especial del mundo, se dispuso a salir a la calle, pero antes, se miró en el espejo de cuerpo entero que tenia en el recibidor, se dio unos últimos retoques y en ese momento el mundo se le vino encima. Se sentía guapa, elegante, la reina del mundo, hasta feliz, el problema es que tenia que ir a un entierro y no tenia una pizca de tristeza, aunque la persona difunta fue muy querida por ella, y se preguntó: ”Soy tan mala persona como dicen?”

10- La pesadilla
Abrí los ojos pero una luz sobre mí me impedía enfocar la mirada. Estaba amordazada y atada a una fría superficie de metal. Las muñecas y los tobillos me ardían a causa de la fuerte sujeción. A mi lado había una bandeja con toda clase de objetos punzantes. Tiré de mis brazos y mis piernas intentando, sin éxito, liberarme.

Moví la cabeza siguiendo los siniestros golpeteos de unas botas contra el suelo. Se oyó un tintineo y vi como una mano enfundada en un guante cogía un bisturí y lo balanceaba amenazante ante mis ojos.
Dirigió la punta metálica hacía abajo y de inmediato sentí un dolor lacerante a la altura de la clavícula. Mis gritos hicieron eco en la estancia aun estando amordazada.
De repente pasos, gritos, una puerta que se abría violentamente. Un “alto, policía”, un “suelte ese bisturí”, un “¡NO!” seguido de un disparo. El sonido de un cuerpo inerte cayendo al suelo. Más pasos, la agradable sensación en mis manos y piernas al ser liberadas, el sabor de la sangre en mi boca al ser despojada de la mordaza. Un “tranquila, ya estás a salvo”.
Y entonces, todo se volvió negro.
 
11- Escapa
La vida se escapa, como se escapan los pájaros antes de un terremoto. Como se escapan los sueños cuando ya es tarde para cumpliros. Como se escapan sus besos mientras se aleja y me deja. La vida se escapa con miedo, con promesas rotas, con amaneceres olvidados, con conversaciones incompletas. Se escapa porque no encuentra un sentido para permanecer en este lugar, entre estas paredes, en este silencio. Se escapa porque busca empezar de nuevo, porque está cansada de esperar lo que nunca llega, de sentir lo que no es correspondido, de vivir por y para otro. Se escapa porque quiere pensar en ella misma por una vez. Porque se ha cansado de una vida que no es suya. Se escapa pero no se rinde, porque escaparse a veces es necesario.
 


12- Abandonado
Cuando lo adopté iba vagando solo por el parque, se le veía perdido y al acercarme hizo un gesto de temor, seguramente, o al menos eso me pareció, había sido maltratado.
Tardé poco en ganarme su confianza, un par de caricias fueron suficientes para lograr que me acompañara.
Lleva conmigo un par de años y hace tiempo que estoy harto de él...todo el rato restregándome la mano para que lo acaricie, sacarlo a pasear todos los días al menos un par de veces con frío o calor, tener que darme cuenta cuando está cansado y dejarle tranquilo...
Lo voy a abandonar, sé que no está bien, que soy un egoísta, pero pensé que iba a aceptar esta responsabilidad con mejor agrado pero no puedo más.
Esta mañana le he obligado a ir por unas calles que no conoce, jamás hemos paseado por ellas; perderlo ha sido muy fácil, en un momento de descuido he salido corriendo moviendo mi cola alegremente mientras escuchaba sus gritos llamándome.

- !!Toby!! !!Toby!! Donde vas?? No me abandones!!!!
13- El taxidermista
Aquella mañana iba a ser muy distinta a cualquier otra. Ese día estaba en su taller de taxidermia cuando llegó la policía con la intención de detenerle.
¿Detenerme?,¿Por qué? -le preguntó.- Estoy trabajando en mi próximo ejemplar. Admiren
que hermosura, la piel es suave, las lineas perfectas, el pelo es brillante y denso. ¿Conocen
la taxidermia?, es una ciencia. Se necesitan grandes dotes para ser un experto taxidermista
como yo.
Sí -contestó el policía, mientras le ponía las esposas-. Pero... está trabajando con humanos, ha violado distintas tumbas del cementerio y tiene expuestos a los cadaveres.
El taxidermista miró a lo que el llamaba sus “maniquis” y sonrío con malicia.

14- Los libros que leemos
Una vez leí la frase “Somos el resultado de los libros que leemos, los cafés que disfrutamos, los viajes que hacemos y las personas que amamos.”
Sin duda alguna los cafés, los viajes y las personas que amamos tienen mucho que ver con lo que somos, pero los libros que leemos nos convierten en lo que somos o lo que nos gustaría ser…en heroínas de ficción.
Puedo ser Anne Shirley, la de tejas verdes, la niña huérfana que con su carácter imaginativo y despierto logra ganarse día a día el cariño de Marilla y Matthew y todo Avonlea y conquistar el corazón de su amor Gilbert Blythe.
Tampoco me importó ser Jo en Mujercitas luchando por abrirme camino como escritora mientras conozco a un señor tan maravilloso como el profesor Brooke.
Y que me decís de Vianne, protagonista de Chocolat que junto a su hija Anouk, el Viento del Norte las lleva a un pueblecito francés donde gracias al don especial que tienen las mujeres de su família, comienza a ganarse la confianza del pueblo entero cambiando sus vidas y enamorando al bohemio galán.
Pues lo dicho que somos los libros que leemos… o eso es lo que nos gustaría.
 
15 -  El balcón del recuerdo
Ella pasa todos los días por el porche de la iglesia camino de su casa. Siempre a la misma hora. Él lo sabe y cada día se asoma al balcón. Le gusta su manera de caminar y cómo al hacerlo se balancea su larga melena rubia. Viven cerca pero apenas han hablado.
Cuando en alguna ocasión han coincidido, él ha sonreído y ella ha apartado la mirada ruborizándose. En esos momentos de fugaz encuentro él ha murmurado un saludo casi inaudible y ella ha respondido en voz baja y con una tímida sonrisa. A continuación se ha marchado a paso rápido comportándose como una quinceañera y él se ha quedado observando hasta que ha desaparecido de su vista.
Recuerda su voz dulce y el brillo de sus ojos cada vez que se asoma a ese balcón, testigo y cómplice
silencioso de sus secretos sentimientos.
Un día cansado de mirar desde arriba, decidirá bajar a la calle y salir a su encuentro.
Ella al verlo le mirará sonriendo y le dirá:
- ¿Por qué has tardado tanto?.
Él no contestará, le cogerá la mano con suavidad y caminará junto a ella.
16- El llavero del cielo
Estaba sola y triste, acurrucada en una esquina, sentada en el suelo abrazando sus piernas contra el pecho. Miraba sus viejas zapatillas, le encantaban, eran del último recuerdo que le quedaba de su mejor amigo. Recordó ese día , ese último momento con él despidiéndose, ya que no iba a volver. Esa enfermedad maldita se lo arrebató.
Agarró su bolso y cogió las llaves para entrar en casa, pero vio colgando el llavero, ese llavero de "best friends" , que le había regalado su amigo del alma. Abrió la puerta, se dirigió a su habitación, encendió la minicadena, un puso un CD, ese que oían juntos en sus charlas interminables. Agarró el llavero con todas sus fuerzas, y las lágrimas brotaron.
 MUCHA SUERTE

sábado, 27 de febrero de 2016

LISTA PROVISIONAL DE PARTICIPANTES

 
¡Hola! Me paso brevemente para anunciaros la lista provisional de participantes del concurso de relatos del blog. 
 
-- Participantes:
    María Martínez Diosdado
    Lo infinito
    Isabel María Sierra García
    Ana Larraz
    Patricia Gómez
    Esencia de héroe
    Manuel G. Tristante
    Álvaro Calvete
    Carlos Cívico
    Lorena Pérez
    Montse Robledo
    Roberto Ruíz
    Inmaculada Linares Sillero
    Silvia Salcedo
    Arancha Murugarren
    Anita Nsf
 
 
MUCHAS GRACIAS A TODOS
Recordad que el 1 se inicia la semana de los votos ;)
 
SI NO ESTÁS EN LISTA, APÚNTATE
 

viernes, 26 de febrero de 2016

Relato: Propósitos de fin de año


Querido/a lector/a, si estás leyendo este cuaderno significará que al fin lo has encontrado, buscándolo o no. Así pues coge asiento; leerlo te tomará un tiempo. No obstante, espero y deseo que con él aprendas. Que mi experiencia te sirva como ejemplo, como ayuda en un futuro próximo. Por ello y mucho más te invito a que hagas lo mismo que yo: que dejes constancia de tus actos. Y ahora te voy a dar algunos consejos: no dejes que nada te pare, sé crítico y consecuente, y lo más importante, hagas lo que hagas, sé feliz.
Sin más dilación, a continuación te relato mi historia. Lo que un día me propuse y conseguí.
            De nuevo, la tradición llamaba a mi puerta aquel 31 de diciembre. Mi familia y yo nos juntábamos en una fecha tan señalada para celebrar la entrada del nuevo año. Estos días se traducían inevitablemente en comilonas, consumo a última hora y reuniones. Pero no todo eso era lo que caracterizaba estos días tan especiales, también el compartir momentos con los míos, desconectar de la rutina y la promesa de nuevos propósitos para año que estaba a punto de entrar. Pero aquella vez sería diferente. Esos propósitos no quedarían en el olvido, como cada año ocurría.
            Mi reloj marcaba las seis de la tarde cuando desperté de un profundo sueño. Debía apresurarme, aún tenía muchas tareas pendientes. Preparar algunos canapés para llevar a la cena, que tendría lugar en unas horas, arreglarme y echar gasolina, eran algunas de ellas. Sin olvidar, por supuesto, realizar las últimas compras de los regalos de Navidad. Juguetes para los pequeños. Perfume o joyas para los mayores. Consumo, consumo y más consumo para todos. A pesar de disfrutar como la que más la compañía en familia, las celebraciones y los regalos; en realidad, renegaba de una fecha como aquélla. ¿Por qué no se podían hacer los regalos en marzo, sin motivo alguno?¿Por qué esperábamos a Navidad para juntarnos todos? Era algo que no llegaba a comprender, pero como tradición que era, había que hacerlo.
            Engullí de un solo bocado lo que me quedaba de merienda y me fui desvistiendo hasta llegar a la ducha, donde dejé que el agua caliente desentumeciera cada centímetro de mi cuerpo. Con el albornoz puesto, me planté frente al armario donde escogí la ropa para la cena de Nochevieja: una blusa de color rosa palo y unos pantalones oscuros. Tomé los bártulos, intentando no olvidar nada y dejé mi casa por un día, sin saber que al regreso mi vida habría dado un importante cambio.
            Y llegado el momento de brindar por un año nuevo al menos igual de bueno que el presente, llegó con él el momento de los propósitos. Ni más ni menos que promesas, cambios y mejoras. Aquéllas que la mayoría de las veces no se tomaban en serio. Aquéllas que siempre quedaban en un "yo creía..." o simplemente quedaban en un segundo plano. Entonces decidí que en mi caso iba a ser distinto. Yo misma me reté a cumplirlas y actuar en consecuencia de esos actos.
 
            Tomé un cuaderno y un bolígrafo y me senté a meditar qué clase de cosas quería cambiar o mejorar en mi vida. Cómo podía contribuir con mi granito de arena, cómo crecer como persona. Así pues, dejé mi mente fluír y comencé a enumerar:
 
[] Ser voluntaria
            Era miércoles, 1 de enero, y había amanecido con un sol radiante que indudablemente invitaba a salir. En un día como aquél comenzaba un nuevo año y con él la puesta en marcha de los propósitos. Tomé la hoja entre mis manos y leí en voz alta y con una gran sonrisa: "Ser voluntaria". El primer reto del año consistía en participar en algún tipo de voluntariado. Ayudar a todos los que lo necesitarán o simplemente disfrutaran con  mi presencia. Para obtener más información y encontrar el sitio adecuado, cogí mi portátil y busqué en infinidad de páginas acerca de mis intereses. En muchas de ellas requerían un título especial, el cual no poseía, lo que me obligaba a seguir trabajando duro hasta dar con algo que  me convenciera y, sobre todo, que pudiera cumplir todos los requisitos.
            A pesar de llevar un par de horas sin éxito alguno, mis ganas e ilusión no disminuyeron. Así pues, continué con la tarea mientras comía un sandwich vegetal de dos pisos, cuya función cumplió: saciar el implacable hambre que tenía hasta entonces. Desechando posibilidad y añadiendo otras, al final di con ello. Mi puesto de voluntaria lo iba a gestionar Cruz Roja. Un titular de la web de la misma anunciaba así:
 
«¡ABIERTO EL PLAZO DE INSCRIPCIÓN PARA EL VOLUNTARIADO EN LOS HOSPITALES LA PAZ Y GREGORIO MARAÑÓN (sábados por la mañana)!
Rellene formulario para más información.»
 
            Tras haber leído la poca información que ofrecía la web, rellené con todos mis datos el formulario y pulsé el botón de enviar, confiando plenamente en que contactarían conmigo. Eran tales las ganas que tenía de participar en la actividad, que decidí mandarles un correo directamente al email que adjuntaban, transmitiéndoles mis intereses. Y como positividad no me faltaba, di por finalizada la búsqueda, al menos por aquella mañana.
            Para mi sorpresa y tal sólo habiendo pasado apenas tres horas desde mi solicitud, mi teléfono anunció la llegada de un nuevo correo. Éste, cuyo remitente era Cruz Roja, me citaba para entrevistarme en la mañana del 2 de enero en el mismo Hospital La Paz de Madrid.         
            Si poder evitar sentir ciertos nervios al pensar que iba a ocupar un puesto como voluntaria en breve y sorprendida ante la rapidez del proceso, me planté frente a la puerta principal del edificio y tras suspirar profundamente entré en él. Por suerte, no me costó demasiado trabajo encontrar la sala en la que me entrevistaban. Toqué la puerta y tomé el picaporte.
 
            −Buenos días, venía a una entrevista para el puesto de voluntaria− saludé al caballero que me atendió.
            −Efectivamente, aquí es. Pasa.
 
            La entrevista fue rápida y muy sencilla. Los encargados quedaron, a mi parecer, conformes con mis respuestas y no tardaron en informarme acerca de qué debía hacer y cuándo podía comenzar.
 
            −¿Esta tarde a las cinco te parece bien venir a conocer a los niños? −me preguntó Rosa, la coordinadora.
            −¡Claro, por supuesto! A las cinco estaré aquí −contesté muy entusiasmada.
 
            Cuando quise darme cuenta ya frente a ellos. Un grupo de doce niños, todos de distintas edades. Los había pequeños, de unos dos o tres años, hasta más mayores de once o doce. Ante aquella situación, mi corazón se encogió. Muchos de aquellos niños portaban una bolsa de oxígeno; otros, sin embargo, llevaban vendada alguna extremidad. Pero fuera cual fuera su problema ahí seguían, sonriendo; sin perder el espíritu navideño con sus gorros y espumillones. Me resultaba increíble la fortaleza emocional que tenían. Pensar en las fechas en las que estábamos y que los pequeños tenían que estar en un lugar como éste, me entristecía aún más. Pero no debía superarme, o al menos frente a ellos que estaban dando lo mejor de sí mismos con la acogida magnífica que me brindaron nada más entrar.
 
            −¿¡Quién quiere hacer la carta a los Reyes Magos conmigo!? −les pregunté eufórica.
            −¡¡¡YOOOOOO!!! −gritaron todos al unísono.
 
            Así pues, comencé a repartir folios a todos los niños y bolígrafos de colores. Quería que aquellas navidades fueran recordadas por todos, hacerlas especiales y hacerles sentir únicos. Inmediatamente, cada uno se puso manos a la obra con su papel. A los pequeños tuve que ayudarles. Me senté junto a ellos, les pregunté qué es lo que más deseaban recibir como regalo. A continuación, dejé que decoraran la carta a tu gusto. Pero mientras escribía, la respuesta de uno de los niños llamó enormemente mi atención, lo cual me provocó un nudo en la garganta.
 
            −Sólo quiero pedirles una cosa a los Reyes −articuló, mirándome fijamente a los ojos−. Quiero que me traigan a mi mamá.
            −¿Dónde está mamá, cariño? −pregunté con apenas un susurro.
            −Papá me dijo que mamá se había ido...para siempre. Pero yo me he portado bien, los Reyes me la traerán, ¿verdad?
 
            Quizás lo más sencillo y la forma de no herir al pequeño, pero sí engañarle, hubiera sido escribir "mamá" en la carta. Pero no siempre el camino fácil es el adecuado. En este momento debía enfrentarme a la situación, por dura e injusta que me pareciese.
 
            −Claro, seguro que has sido muy bueno, Juan. Pero los Reyes no siempre pueden traer todo lo que les pedimos... Aún así estoy segura de que mamá está muy orgullosa de ti −dije, acariciándole la cabeza.
            −¡Entonces no quiero nada! −exclamó Juan, frunciendo el ceño.
            −Bueno... si explicamos a los Reyes cómo te sientes, quizás te puedan ayudar.
            −Les haré un dibujo...
            −Así es, cariño. Muy bien.
 
            La mañana transcurrió muy rápido, fue realmente intensa y cargada de emociones. Alegría, ya que pude compartir con los niños momentos increíbles donde disfruté viéndoles sonreír; y por otro lado, tristeza, porque me parecía injusto que tuvieran que pasar las Navidades en el hospital y en aquellas condiciones. Pero de todo ello saqué una profunda reflexión, la inocente visión que tienen ellos hace que cualquier problema tenga solución y nos enseñan así a los adultos a ser felices.          Y entonces salí del hospital emocionada, conmovida por la mezcla de emociones que me había producido el haber cumplido mi primer reto del año con tan solo una idea en la cabeza: fui capaz de hacerles olvidar dónde y por qué estaban allí.
 
 
[] Cuidado de la naturaleza
     Mi segundo, pero no menos importante, reto del año consistía en aportar mi granito de arena como buena ciudadana. Cuidar de nuestra madre naturaleza, limpiando una parte de ella, era la base fundamental de la tarea. Así pues, tras haber ingerido mi café rutinario con un extra de azúcar, tomé bolsas resistentes de basura, guantes, y muchas, muchas ganas de contribuir. Cogí mi coche y me dirigí al norte de Madrid: a La Pedriza.
            Descargué todos los bártulos y me puse manos a la obra en un llano, cercano a una barbacoa. Como imaginé, esa zona estaría abarrotada de basura. La gente era así de descuidada. Lo pasaban en grande comiendo con familia y amigos y cuando acababan dejaban todo hecho un desastre. ¿Tanto costaba realmente dejar todo tal y como lo habían encontrado? Dejé la frustración a un lado. Había de todo: latas vacías, pañuelos sucios, envoltorios de todo tipo, comida descompuesta, botellas de cristal, pudiendo ocasionar aterradores incendios, que acabaran con nuestros bosques.
            Cuando acabé con la zona de la barbacoa, me fui montaña arriba a seguir limpiando. Y aunque era completamente agotador hacer todo ello sola, me resultaba de lo más reconfortante. La zona ante la que me encontraba esta vez había sido usada claramente por jóvenes. Botellas por todos lados, vasos de plástico usados, servilletas, bolsas de aperitivos... Todo un caos había allí y ni rastro de los culpables. Y en cuanto acabé esa tarea seguí subiendo en busca y captura de más zonas para limpiar. Pero lo que encontré allí no era precisamente un montón de basura, sino un dulce e inofensivo cachorro de perro Labrador. Agazapado tras un árbol, al que estaba atado con una correa azul. Temblaba de frío y miedo; me miraba desde abajo, pidiendo a gritos ayuda. Me acerqué despacio a él y le ofrecí mi mano para que la oliera; no iba a hacerle daño.
 
            ̶ Pero bueno...chiquitín... ̶ susurré, para no asustarle más.
 
            Intentando pensar que se había perdido, caí en la cuenta de que eso era imposible. El perro había sido atado y abandonado en un árbol. A merced de cualquiera que quisiera herirlo, o del mismo frío morir. ¿Quién era tan cruel de hacer eso con un animal? Todas las estadísticas cuadraban. Había leído que seis de cada diez mascotas que se regalaban en Navidad eran abandonadas al poco tiempo. Efectivamente, este perro estaba siendo una víctima más. No pude hacer menos que dar por finalizada la tarea de limpieza y hacerme cargo del cachorro; necesitaba mi ayuda.
            Me dirigí directa al veterinario donde pudieran identificar al animal, ponerle las vacunas correspondientes y darle un buen baño que quitara toda aquella suciedad. Cuando llegamos al fin, le expliqué a la veterinaria la situación. El cachorro no tenía chip, no podíamos localizar a los desalmados que le abandonaron.
 
            ̶ ¿Le gustaría quedarse con él? ̶  preguntó la veterinaria, mientras acariciaba la cabeza del cachorro ̶ . Sino será llevado esta misma mañana a la protectora. Nosotros no podríamos hacernos cargo.
            ̶ ¡Claro! ̶  exclamé, sin pensarlo dos veces.
 
            Los encargados del veterinario me informaron de todo el proceso de adopción y de las pruebas que debían hacerle antes al perro. Durante la mañana le prepararían y esa tarde el animal estaría ya viviendo conmigo. Le debían poner un microchip de identificación, pesarle, hacer análisis, y ponerle al día la cartilla de vacunación.
            ̶ ¿Tiene ya nombre el cachorro?  ̶ quiso saber la muchacha ̶ . Tenemos que indicarlo en la cartilla.
            ̶ Sí, le llamaré Zeus... ̶ respondí emocionada.                      
 
            Al salir del veterinario Zeus y yo nos dirigimos a casa directamente, donde nos acomodamos en el sofá. Había sido un día duro para ambos pero con un fina muy, muy feliz. Un día más para la colección de magníficos momentos y sensaciones. Estaba muy contenta por lo que había conseguido, es decir, un propósito más del nuevo año. Cada vez me daba más cuenta de lo importante que era ser feliz con cada paso que daba. Y con las tareas de hoy había aprendido mucho, pero sobre todo una cosa: la satisfacción que me daba aquello superaba con creces el esfuerzo y cansancio.
 
[] Juegos tradicionales con ancianos
            La lista de propósitos llegaba a su fin con éste último. Había pensado organizar un taller de juegos tradicionales con ancianos en alguna residencia de la zona. Así pues, como tercera semana del mes de enero, tomé todo lo necesario para llevar a cabo mi misión: hacer felices por una mañana a un grupo de ancianos.
            Cogí el coche y me pasé por una gasolinera a llenar el depósito, que ya se encontraba en reserva. Y entonces hice mi próxima parada en unos grandes almacenes, donde me hice con multitud de juegos tradiciones, que llevaría a la residencia. Bolas de petanca, un juego de bingo, un juego de damas y ajedrez, costura y muchas cosas más llevé para pasarlo en grande con los mayores. En definitiva, hacer un taller para entretenerles y evadirlos a otra época, donde ellos eran jóvenes y jugaban en grupo.
            Cargada de bolsas me puse frente a la residencia de la tercera edad y me abrí paso. Me acerqué a recepción donde atención una mujer muy agradable, y pregunté:
 
            ̶ Buenos días, aceptarían que pasara la mañana con los mayores. He traído juegos tradiciones y me gustaría hacer algún taller. No sé si sería posible...
            ̶ ¡Claro, hija! Ellos estarán encantados. Ven, te acompañaré para que los conozcas.
            ̶ Muchísimas gracias, es usted muy amable  ̶ contesté, sonriendo de oreja a oreja.
 
            Llegamos a una amplia sala donde habría unas veinte personas mayores. Unos veían ensimismados el televisor, otros dormían y otros leían entretenidos el periódico, que les informaba de las noticias matinales. A nuestra llegada todos nos observaron, esperando que mi acompañante, enfermera del lugar, dijera algo.
 
            ̶  Hoy tenemos una invitada nueva. Ha traído una cantidad de juegos para que paséis un buen día con ella. ¿Qué os parece?
 
            La reacción que tuvieron los ancianos me sorprendió gratamente. Todos sonrieron y me aplaudieron, celebrando como algo especial ese día. A partir de entonces, mi alma quedó prendada de todas aquellas personas. Fueron mi ejemplo a seguir. Porque a pesar de la edad que tenía, con sus más o menos achaques, todos conservaban una preciosa sonrisa y un espíritu que muchos jóvenes quisiéramos.
            Antes de comenzar los juegos, me acerqué a ellos y estuve más de una hora conversando. Conociéndoles, interesándome por su historia. Cómo y por qué habían llegado allí. Muchas, o más bien, la mayoría me hicieron entristecer al instante. Había ancianos que habían sido prácticamente abandonados por sus familias, por increíble que pareciera. Otros, sin embargo, debían ser atendidos por alguien ya que alguna enfermedad les impedía valerse por sí mismos.                    
            El momento de reflexión finalizó para comenzar el de diversión. Coloqué todos los juegos sobre una gran mesa que me proporcionó una auxiliar de enfermería. Y jugamos al bingo todos, a las damas por parejas, al ajedrez, cuyas partidas perdí inevitablemente, ya que los mayores tenían mucha más experiencia que yo... Fue realmente genial, disfruté muchísimo y aprendí aún más. Todos tenían una vida larga y complicada. La gran mayoría había vivido la época de la guerra en primera persona o algo posterior, tenían familias desestructuradas o estaban complemente solas, por desgracia. Los ancianos abrieron su corazón para mí y confiaron de forma plena. Yo les escuché con atención, les pregunté con reparo y les di mucho, mucho cariño. Me recordaron a los niños con los que trabajé como voluntaria. Personas para las que era toda una desconocida pero que aún así me trataban con amor y como si nos conoceriéramos de toda la vida. Me pareció algo digno de admirar.
            La jornada también llegó a su fin y prometí volver a visitarles pronto. Había sido una mañana, una vez más, cargada de emociones positivas y algunas tristes también, pero siempre muy reflexivas y reconfortantes. Fue entonces cuando salí con otra cosa aprendida: lo importante que resulta escuchar a los demás, sean niños o mayores, y aprender de ellos, sacar la esencia que nos dan con su experiencia.
 
            Mis objetivos del nuevo año habían sido completados con éxito. Había aprendido cientos de cosas a partir de las vivencias de los demás. Cosas que me servirían para mi día a día, para mostrárselas a otros, o simplemente para reflexionarlas conmigo misma y seguir creciendo como persona. Con acciones como ésta me doy cuenta que el ser humano, si se lo propone, puede ser cada día un poquito más feliz.

miércoles, 24 de febrero de 2016

22# Entrevista II: María Jesús Sanz



¡¡¡Hola!!! Hoy toca una entrevista, segunda ronda de preguntas para una autora muy especial: María Jesús Sanz. Una mujer increíble con la que tuve el placer de coincidir en Coslada (Madrid) hace meses. Encantadora tanto delante como detrás de la pantalla y que ha querido participar de nuevo en el blog. :) Esperamos de corazón que os guste.


1.- Ahora algo que a mí me parecería complicado en tu lugar. Define tu obra (la última o tu favorita) en tres palabras y explícanos brevemente qué significan para ti.
Mi obra "Mi hijo es un ángel" es sensibilidad , dolor y esperanza. En una palabra: estremecimiento.
 Es un libro de poemas escrito desde el dolor de una madre que ha perdido media vida al fallecer su hijo con 17 años recién cumplidos, cada poema es sensibilidad porque los dicta el corazón tratando de ser positivo y fue hecho con la esperanza de que algún día, cuando ella no estuviera, dentro de muchos años, todavía quedase alguien con el libro entre las manos pensando en su hijo. Esa madre soy yo, y ese hijo es mi primogénito, Mario.

2.- Sabemos que escribir un libro y publicarlo es un sueño para todo autor/a pero ¿qué ha significado para ti sacar a la luz todas esas horas de duro esfuerzo e ilusión?
Desde un primer momento me lo tome como un homenaje a mi hijo. Que la gente le conociera, que le valorara por su fortaleza y entereza al pasar todo lo que conlleva tener un cáncer de huesos, quimio, operaciones, paraplejía, y vencerlo todo con su grandisima fuerza de voluntad, para recaer 9 meses después y acabar muriendo. Después tuve claro que con ese libro no quería lucrarme, y por ello decidí donar todos los beneficios a la Fundación PorqueViven que se ocupan de niños muy enfermos que precisan de Cuidados Paliativos.

3.- ¿Podrías compartir con nosotros cuál es tu fuente de inspiración? (Momento del día, música...)
Mi fuente de inspiración siempre son los sentimientos, lo que me hace sentir viva, vibrar. El amor La pasión. El dolor La pérdida El deseo... etc
En cuanto al momento del día, o la hora, no sabría decir. Cualquier momento es bueno para que te llegue la inspiración, siempre suelo tener a mano el móvil para anotar frases, versos, instantes que me hagan sentir para después darle forma con un verso, o un pequeño relato.

4.-Si pudieras llevar tus obras a un plano internacional, ¿dónde sería? En caso de haber traducido ya tus novelas, ¿cómo ha sido la experiencia?
No me lo he planteado nunca. Quizá me gustaría en los países más cercanos, Portugal, Francia, Italia, por que al estar mas cerca quizá se sensibilizasen más con el tema.

5.- ¿Qué te dice la frase: "Los verdaderos escritores son aquellos que quieren escribir, necesitan escribir, tienen que escribir" de poeta, novelista y crítico R. P. Warren? ¿Tiene que ser vocacional: sea como hobbie o como oficio? ¿Que los resultados finales son distintos?
Esta frase la hago completamente mía, yo no se si soy una verdadera escritora como tal, pero yo quiero, necesito y tengo que escribir. Es algo que desde hace muchísimos años va conmigo. Y desde que murió mi hijo quizá aun con más fuerza, para sacar fuera todo el sentimiento que llevo dentro. No solo escribo desde el dolor. Por supuesto además de madre soy mujer, y guardo mucho sentimiento dentro. En cuanto a escribir por oficio o escribir por hobbie tengo que decir que cualquiera de las dos formas son muy lícitas siempre y cuando no se pierda la esencia por tratar de gustar, cayendo en finales tópicos para llegar al publico. Ni en copias de "mercadillo" de grandes éxitos. Que haberlas las hay.
 
Y ya para terminar solo extiendo unas breves lineas para agradecer a mi querida Marta por siempre contar conmigo. Y a todos los que me hayáis leído. Un superabrazo

viernes, 19 de febrero de 2016

Mi autobiografía: "Con el tiempo aprendí..."

¡¡¡Hola, lectores!!! Hoy, viernes, vengo con una gran sorpresa.
 
¡Sí, un nuevo vídeo en el canal! Hacía meses que no subía uno, lo sé. Así que aprovechando un trabajo final de una asignatura llamada Comunicación, en la que estudiamos la importancia de la tecnología en la Educación Infantil, he decidido compartirlo con todos vosotros.
 Espero que os guste :)
 
 
 
Muchas gracias una vez más y feliz viernes :)

martes, 16 de febrero de 2016

21# Entrevista a Lola P. Nieva

 
¡¡¡Hola!!! Queridos amigos, hoy tenemos con nosotros otra escritora más para la lista de autores del blog: Lola P. Nieva, que muchos conoceréis seguramente.

Primeramente daros las gracias una vez más, por querer colaborar. ¡Sois todos bienvenidos! :D


Siempre he tenido curiosidad por saber qué le mueve a una persona para decidir que le gustaría comenzar a escribir algo más allá de un relato. Algo que pueda compartir con el resto del mundo. Por ello mis 6 mayores inquietudes acerca de vosotros, autores, son:

1.-¿En qué momento te planteas que quieres escribir una novela? O mejor dicho, ¿es algo que llevabas pensando desde hace tiempo, algo así como un sueño?
De siempre he sentido la inquietud de plasmar en letras las historias que surgían en mi cabeza. Más que un sueño, es una necesidad inherente a mi persona.

2.-¿Cuál es tu género preferido?¿Son todas tus novelas del mismo género que a ti tanto te gusta, o el que sueles leer a menudo? Como por ejemplo Stephen King que se centra principalmente en las novelas de Terror.
Mi género preferido es el histórico y el romántico, en efecto es el que más leo, pero no el único. Me encanta el thriller, el paranormal, la distopía. Soy muy versátil en mis lecturas. 

3.-Al igual que dicen la mirada es el espejo del alma... ¿son tus novelas el reflejo de tu persona? ¿Hasta qué punto vuelcas tu personalidad en alguno de los personajes de la obra?
Mis novelas son parte de mi alma, de mi corazón, de mis creencias y de mis más profundos pensamientos. En ellas vuelco mis reflexiones y mis emociones. Cuando las autoras decimos que nuestras obras son hijos es porque nos damos en cada historia. Vuelco mi personalidad al completo en los personajes en los que narro en primera persona. 

4.-¿Hay alguna manía que tengas como escritor: alguna hora exacta para escribir, material de escritura, ...?
Manía como tal no. Puedo escribir en cualquier sitio, pero necesito para conectar música acorde a la escena. Por eso escribo con auriculares, mi mac, poco más. En cuanto a la hora. Prefiero el silencio y la soledad de la noche, a menudo veo amanecer. 

5.- ¿Cuál es tu novela favorita y de qué autor? ¿Te gusta releerte un libro si te ha gustado mucho?
Cómo clásico me gusta Cumbres Borrascosas y Los Miserables. Como romance histórico indudablemente Forastera. De adolescente mi libro de cabecera solía ser alguno de las sagas de V. C. Andrews. Y suelo reeler varias veces los que me marcan.

6.- Comparte con nosotros algún consejo acerca de la lectura, o como espacio libre para decir unas palabras sobre lo que quieras.
La lectura es un viaje incierto al corazón del autor, a sus mundos, a sus pensamientos. Es la puerta a una aventura cambiapieles, que nos transporta en una vorágine de emociones y sentimientos. Leer es sentir, y para eso solo puedo aconsejar, desconectar y dejarse arrastrar por cada palabra, sabiendo que en ellas, el autor se dio al completo. 
 
 
 

jueves, 11 de febrero de 2016

Reseña: El sabor del dolor de Manuel G. Tristante

¡¡¡Hola, queridos lectores!!! ¿Cómo va la semana? Espero que estupendamente. En cuanto a lo que lecturas y asuntos literarios me respecta, he acabado un libro y empezado otro. El que acabado os podéis imaginar cuál es... ¡EL SABOR DEL DOLOR! Del joven Manuel García Tristante, que muchos conoceréis por haber colaborado en numerosas ocasiones con el blog. Desde las aportaciones con sus relatos, hasta la lectura de sus libros, pasando por supuesto por las entrevistas. Sí, en plural ;)
La semana que viene tenemos con nosotros la segunda ronda de preguntas. ¡No adelanto más!

♦Ficha técnica del libro♦
-Título: El sabor del dolor
-Edición Especial Ilustrada
-Editorial: Create Spaces Amazon
-En eBook y en papel
-Género: Suspense
-216 páginas
-Publicada en enero 2016
-Manuel Tristante como diseñador, ilustrador, maquetador y autor de la obra
 
 
♦SINOPSIS♦
Elai no hubiera pensado que romper con la relación que mantenía con Luis se convertiría en una lucha por su supervivencia. Tras irse a pasar nueve días con su familia al campo para desconectar y poner en orden sus ideas, ya desde el primer momento las cosas comienzan a marchar mal. Elai escucha y siente que hay alguien alrededor, observándola. ¿Imaginaciones? Los días de descanso se tornarán grises ante una lucha desenfrenada por sobrevivir, en la cual hallará cosas que ni en sus peores sueños hubiera esperado.
 
 
 
 
♦RESEÑA♦



Cuando el amor se vuelve obsesión. Cuando la obsesión se vuelve locura. Ésa será la sensación que tendrá Elai cuando descubra no podrá escapar de su pasado. Un pasado compartido con alguien oscuro, que no recomendaría ni a su peor enemigo. Y pensando que podía escapar de aquella situación, se va con su familia en busca de paz interior. Todo ello sin pensar que sólo alguien muy retorcido sería capaz de comportarse como si el mismo diablo conviviera en su interior...
 
Una novela con personajes de lo más normales: una familia de cuatro miembros y un amigo de la joven. ¿Quién destaca por la maldad que reside en su cuerpo? Luis, exnovio de la protagonista, Elai. Luis es un chico algo mayor que ella, posesivo, peligroso y maligno. Los celos le corrompen de forma inusual, lo que provoca inmediatamente una ruptura por parte de Elai. Pero no todo acaba aquí, no todo es tan previsible como parece.
 
Os animo a leeros El sabor del dolor. El autor ha conseguido mantener la intriga de principio a fin. Lo que comienza como una historia de amor no correspondido, acaba como un auténtico caos que no puedes llegar a imaginar. Muchos giros inesperados, son los que tornan la novela oscura y repleta de misterio.
 
Otro punto a favor son las ilustraciones que dan movimiento a la historia. Entre capítulo y capítulo encontramos imágenes hechas por el propio escritor. Esto nos permite ponerle cara a los personajes y a las escenas.
 
Quisiera dar las gracias al autor por ceder el ejemplar y por querer compartir en el blog otra de sus obras. Abajo os dejo todos los enlaces, ¡no os olvidéis de hacerle una visitilla y adquirir el libro en Amazon!
 
 
 
 
 
MARTA MR

 

miércoles, 10 de febrero de 2016

Relato por capítulos: 2/4 Una historia para contar

Aquí llega la segunda entrega de "Una historia para contar"

Primera parte, AQUÍ.


[] Ser voluntaria
            Era miércoles, 1 de enero, y había amanecido con un sol radiante que indudablemente invitaba a salir. En un día como aquél comenzaba un nuevo año y con él la puesta en marcha de los propósitos. Tomé la hoja entre mis manos y leí en voz alta y con una gran sonrisa: "Ser voluntaria". El primer reto del año consistía en participar en algún tipo de voluntariado. Ayudar a todos los que lo necesitarán o simplemente disfrutaran con  mi presencia. Para obtener más información y encontrar el sitio adecuado, cogí mi portátil y busqué en infinidad de páginas acerca de mis intereses. En muchas de ellas requerían un título especial, el cual no poseía, lo que me obligaba a seguir trabajando duro hasta dar con algo que  me convenciera y, sobre todo, que pudiera cumplir todos los requisitos.

            A pesar de llevar un par de horas sin éxito alguno, mis ganas e ilusión no disminuyeron. Así pues, continué con la tarea mientras comía un sandwich vegetal de dos pisos, cuya función cumplió: saciar el implacable hambre que tenía hasta entonces. Desechando posibilidad y añadiendo otras, al final di con ello. Mi puesto de voluntaria lo iba a gestionar Cruz Roja. Un titular de la web de la misma anunciaba así:

«¡ABIERTO EL PLAZO DE INSCRIPCIÓN PARA EL VOLUNTARIADO EN LOS HOSPITALES LA PAZ Y GREGORIO MARAÑÓN (sábados por la mañana)!

Rellene formulario para más información.»
 
            Tras haber leído la poca información que ofrecía la web, rellené con todos mis datos el formulario y pulsé el botón de enviar, confiando plenamente en que contactarían conmigo. Eran tales las ganas que tenía de participar en la actividad, que decidí mandarles un correo directamente al email que adjuntaban, transmitiéndoles mis intereses.Y como positividad no me faltaba, di por finalizada la búsqueda, al menos por aquella mañana.

            Para mi sorpresa y tal sólo habiendo pasado apenas tres horas desde mi solicitud, mi teléfono anunció la llegada de un nuevo correo. Éste, cuyo remitente era Cruz Roja, me citaba para entrevistarme en la mañana del 2 de enero en el mismo Hospital La Paz de Madrid.         

            Si poder evitar sentir ciertos nervios al pensar que iba a ocupar un puesto como voluntaria en breve y sorprendida ante la rapidez del proceso, me planté frente a la puerta principal del edificio y tras suspirar profundamente entré en él. Por suerte, no me costó demasiado trabajo encontrar la sala en la que me entrevistaban. Toqué la puerta y tomé el picaporte.

            −Buenos días, venía a una entrevista para el puesto de voluntaria− saludé al caballeró que me atendió.
            −Efectivamente, aquí es. Pasa.

            La entrevista fue rápida y muy sencilla. Los encargados quedaron, a mi parecer, conformes con mis respuestas y no tardaron en informarme acerca de qué debía hacer y cuándo podía comenzar.
 
            −¿Esta tarde a las cinco te parece bien venir a conocer a los niños? −me preguntó Rosa, la coordinadora.
            −¡Claro, por supuesto! A las cinco estaré aquí −contesté muy entusiasmada.

            Cuando quise darme cuenta ya frente a ellos. Un grupo de doce niños, todos de distintas edades. Los había pequeños, de unos dos o tres años, hasta más mayores de once o doce. Ante aquella situación, mi corazón se encogió. Muchos de aquellos niños portaban una bolsa de oxígeno; otros, sin embargo, llevaban vendada alguna extremidad. Pero fuera cual fuera su problema ahí seguían, sonriendo; sin perder el espíritu navideño con sus gorros y espumillones. Me resultaba increíble la fortaleza emocional que tenían.Pensar en las fechas en las que estábamos y que los pequeños tenían que estar en un lugar como éste, me entristecía aún más. Pero no debía superarme, o al menos frente a ellos que estaban dando lo mejor de sí mismos con la acogida magnífica que me brindaron nada más entrar.

            −¿¡Quién quiere hacer la carta a los Reyes Magos conmigo!? −les pregunté eufórica.

            −¡¡¡YOOOOOO!!! −gritaron todos al unísono. 

            Así pues, comencé a repartir folios a todos los niños y bolígrafos de colores. Quería que aquellas navidades fueran recordadas por todos, hacerlas especiales y hacerles sentir únicos. Inmediatamente, cada uno se puso manos a la obra con su papel. A los pequeños tuve que ayudarles. Me senté junto a ellos, les pregunté qué es lo que más deseaban recibir como regalo. A continuación, dejé que decoraran la carta a tu gusto. Pero mientras escribía, la respuesta de uno de los niños llamó enormemente mi atención, lo cual me provocó un nudo en la garganta.

            −Sólo quiero pedirles una cosa a los Reyes −articuló, mirándome fijamente a los ojos−. Quiero que me traigan a mi mamá.
            −¿Dónde está mamá, cariño? −pregunté con apenas un susurro.
            −Papá me dijo que mamá se había ido...para siempre. Pero yo me he portado bien, los Reyes me la traerán, ¿verdad?

            Quizás lo más sencillo y la forma de no herir al pequeño, pero sí engañarle, hubiera sido escribir "mamá" en la carta. Pero no siempre el camino fácil es el adecuado. En este momento debía enfrentarme a la situación, por dura e injusta que me pareciese.

            −Claro, seguro que has sido muy bueno, Juan. Pero los Reyes no siempre pueden traer todo lo que les pedimos... Aún así estoy segura de que mamá está muy orgullosa de ti −dije, acariciándole la cabeza.
            −¡Entonces no quiero nada! −exclamó Juan, frunciendo el ceño.
            −Bueno... si explicamos a los Reyes cómo te sientes, quizás te puedan ayudar.
            −Les haré un dibujo...
            −Así es, cariño. Muy bien.

            La mañana transcurrió muy rápido, fue realmente intensa y cargada de emociones. Alegría, ya que pude compartir con los niños momentos increíbles donde disfruté viéndoles sonreír; y por otro lado, tristeza, porque me parecía injusto que tuvieran que pasar las Navidades en el hospital y en aquellas condiciones. Pero de todo ello saqué una profunda reflexión, la inocente visión que tienen ellos hace que cualquier problema tenga solución y nos enseñan así a los adultos a ser felices.          Y entonces salí del hospital emocionada, conmovida por la mezcla de emociones que me había producido el haber cumplido mi primer reto del año con tan solo una idea en la cabeza: fui capaz de hacerles olvidar dónde y por qué estaban allí.


  
Primera parte, AQUÍ.

lunes, 8 de febrero de 2016

21# Entrevista II a Esther Santana

Hello, dear readers!!! ¿Cómo empieza la semana? ¿Quién dijo que los lunes era días aburridos y sin sentido? ¡¡¡Aquí no!!! Y os voy a explicar por qué. Ni más ni menos que porque los lunes el blog se llena de gente increíble, que nos concede una entrevista :) Hace un par de lunes nos mandó su segunda ronda Álvaro Calvete, y esta vez lo hace Esther Santana. A quien recibimos entre alegría y amor por haber colaborado con ella en los inicios de los inicios del blog.

Primera entrevista a la autora: http://cadapalabrasentimiento.blogspot.com.es/2015/01/2-entrevista-esther-santana-correa.HTML
Reseña de Odraude, la luz: http://cadapalabrasentimiento.blogspot.com.es/2015/01/2-entrevista-esther-santana-correa.HTML
Web: http://odraudelaluz.com/
Otra reseña nuestra en la web Senderos Íberos: http://www.senderosiberos.es/resena/odraude,-la-luz-esther-santana-correa

Y sin más... LA ENTREVISTA

1.- Ahora algo que a mí me parecería complicado en tu lugar. Define tu obra (la última o tu favorita) en tres palabras y explícanos brevemente qué significan para ti.
Odraude: la luz
Esperanza: porque deseo que su lectura nos ayude a conseguir un mundo donde todos los seres humanos tengamos las mismas oportunidades para conseguir nuestros sueños.
Ilusión: para que nunca nos olvidemos que la ilusión es el motor que nos ayuda a llegar donde queramos
Fe: confío en que los jóvenes y no tan jóvenes que lean esta aventura, pongan su granito de arena para que desaparezcan las desigualdades, las injusticias, la violencia.

2.- Sabemos que escribir un libro y publicarlo es un sueño para todo autor/a pero ¿qué ha significado para ti sacar a la luz todas esas horas de duro esfuerzo e ilusión?
Una gran satisfacción. Gracias a su publicación he podido transmitir mi deseo de que podemos recuperar valores no perdidos, pero a veces si olvidados. La solidaridad, el respeto, la tolerancia, valores que nos ayudarían a conseguir un mundo mejor para todos.

3.- ¿Podrías compartir con nosotros cuál es tu fuente de inspiración? (Momento del día, música...)
No tengo un momento específico. Cualquier hora, cualquier lugar. Puedo estar caminando por la calle y mi mente creando una historia de las cosas que veo, las personas que me rodean. Puedo estar sentada en una terraza y al mismo tiempo escribiendo mentalmente el guión de una película. Mi cuerpo y mi mente se separan. Yo lo llamo "viajes astrales". A veces, personas cercanas me hacen volver a la realidad, al momento, personas que me conocen y me dicen: "tierra llamando a Esther". Después, en la soledad de la noche, cuando sé que nada ni nadie me va a interrumpir, escribo esas historias.

4.-Si pudieras llevar tus obras a un plano internacional, ¿dónde sería? En caso de haber traducido ya tus novelas, ¿cómo ha sido la experiencia?
Como vivo de ilusiones, espero y confío que mi obra llegue a todos los rincones del planeta. Llegará a los cinco continentes, en honor a las protagonistas de la historia. América, por Andrea. Africa, por Kala. Oceanía por Avalón. Europa, por Lara. Asia, por Anamitra.

5.- ¿Qué te dice la frase: "Los verdaderos escritores son aquellos que quieren escribir, necesitan escribir, tienen que escribir" de poeta, novelista y crítico R. P. Warren? ¿Tiene que ser vocacional: sea como hobbie o como oficio? ¿Los
 
resultados finales son distintos?
Sinceramente la frase no me dice mucho. La respeto, pero no estoy de acuerdo con Warren. Yo necesito escribir, quiero escribir, y lo hago porque me gusta, porque quiero transmitir historias, quiero compartir experiencias, pero no me considero una "verdadera escritora", simplemente soy escritora porque escribo. ¿El resultado final? Lo deciden los lectores.


sábado, 6 de febrero de 2016

I CONCURSO DE RELATOS: hasta el 1 de marzo

¡¡¡SORPRESA!!! ¿Quién se anima a participar en un concurso de microrrelatos? Esta vez mandar tu pequeña obra traerá premio; pero no uno, sino...¡tres!
Bases:
-Máximo 200 palabras por relato, uno por persona, relato de tema libre
-Es un concurso nacional
-Tendréis que ser seguidores del blog (participar en este sitio)
-Compartir en la redes. ¡Cuantos más seamos, mejor!
-Tenéis hasta el 1 de marzo para enviarme vuestros relatos, que serán publicados en el blog a lo largo de esa semana.
-Premios: agenda de Ale-Hop, un reloj de chico o chica y un pendrive de osito
 
Entonces entra en juego la segunda fase y más importante...¡LA FASE DE SELECCIÓN!
Pero no seré yo la que elija el microrrelato ganador, sino seréis vosotros, los propios concursantes.
A partir de que sean publicados todos los relatos os avisaré vía email, Facebook, etc... para que comentéis la entrada con vuestro voto (uno por participante). ¡El relato con más votos será el ganador! Si existe empate, se hará una tercera fase con nuevos votos para esos relatos.
¿Qué os parece?
 
 
Se agradecerá a todos aquellos que quieran compartir en más redes, blogs... :)
¡Os espero!

viernes, 5 de febrero de 2016

Relato por capítulos: 1/4 Una historia para contar

¡Hola, lectores! A continuación os dejo un relato que presenté como trabajo final de clase. En él la protagonista cuenta cómo llegó a plantearse unos propósitos para el nuevo año y la experiencia que vivió consiguiéndolos. Espero que os guste.

Parte 1 de 4

            Querido/a lector/a, si estás leyendo este cuaderno significará que al fin lo has encontrado, buscándolo o no. Así pues coge asiento; leerlo te tomará un tiempo. No obstante, espero y deseo que con él aprendas. Que mi experiencia te sirva como ejemplo, como ayuda en un futuro próximo. Por ello y mucho más te invito a que hagas lo mismo que yo: que dejes constancia de tus actos. Y ahora te voy a dar algunos consejos: no dejes que nada te pare, sé crítico y consecuente, y lo más importante, hagas lo que hagas, sé feliz.

Sin más dilación, a continuación te relato mi historia. Lo que un día me propuse y conseguí.



            De nuevo, la tradición llamaba a mi puerta aquel 31 de diciembre. Mi familia y yo nos juntábamos en una fecha tan señalada para celebrar la entrada del nuevo año. Estos días se traducían inevitablemente en comilonas, consumo a última hora y reuniones. Pero no todo eso era lo que caracterizaba estos días tan especiales, también el compartir momentos con los míos, desconectar de la rutina y la promesa de nuevos propósitos para el año que estaba a punto de entrar. Pero aquella vez sería diferente. Esos propósitos no quedarían en el olvido, como cada año ocurría.

            Mi reloj marcaba las seis de la tarde cuando desperté de un profundo sueño. Debía apresurarme, aún tenía muchas tareas pendientes. Preparar algunos canapés para llevar a la cena, que tendría lugar en unas horas, arreglarme y echar gasolina, eran algunas de ellas. Sin olvidar, por supuesto, realizar las últimas compras de los regalos de Navidad. Juguetes para los pequeños. Perfume o joyas para los mayores. Consumo, consumo y más consumo para todos. A pesar de disfrutar como la que más la compañía en familia, las celebraciones y los regalos; en realidad, renegaba de una fecha como aquélla. ¿Por qué no se podían hacer los regalos en marzo, sin motivo alguno?¿Por qué esperábamos a Navidad para juntarnos todos? Era algo que no llegaba a comprender, pero como tradición que era, había que hacerlo.

            Engullí de un solo bocado lo que me quedaba de merienda y me fui desvistiendo hasta llegar a la ducha, donde dejé que el agua caliente desentumeciera cada centímetro de mi cuerpo. Con el albornoz puesto, me planté frente al armario donde escogí la ropa para la cena de Nochevieja: una blusa de color rosa palo y unos pantalones oscuros. Tomé los bártulos, intentando no olvidar nada y dejé mi casa por un día, sin saber que al regreso mi vida habría dado un importante cambio.

            Y llegado el momento de brindar por un año nuevo al menos igual de bueno que el presente, llegó con él el momento de los propósitos. Ni más ni menos que promesas, cambios y mejoras. Aquéllas que la mayoría de las veces no se tomaban en serio. Aquéllas que siempre quedaban en un "yo creía..." o simplemente quedaban en un segundo plano. Entonces decidí que en mi caso iba a ser distinto. Yo misma me reté a cumplirlas y actuar en consecuencia de esos actos.

            Tomé un cuaderno y un bolígrafo y me senté a meditar qué clase de cosas quería cambiar o mejorar en mi vida. Cómo podía contribuir con mi granito de arena, cómo crecer como persona. Así pues, dejé mi mente fluir y comencé a enumerar:



 
MARTA MORALES REGACHO 
 
Y en unos días... ¡la continuación!
 

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