martes, 6 de septiembre de 2016

2ª fase del II Concurso de Relatos del blog

¡¡¡Mis queridos lectores, hay una segunda fase!!! Han estado muy, muy igualados los votos en vuestros relatos, por lo que hay tres relatos que tienen el mismo número de votos.


NÚMERO
PARTICIPANTE
TÍTULO
 VOTA A..
Nº VOTOS
1
María Martínez Diosdado
¡Manolo… despierta!
6
0
2
Érica Cánovas Morales
Y llegaste con la nieve
10
1
3
Patricia Gómez
Huyendo del pasado
5
1
4
Ana González Rey
Sucedió al mediodía
11
1
5
Roberto Ruiz
La chimenea
3
2
6
Fran Cazorla
Volveré
5
1
7
María Jesús Sanz
Frente a la ventana
2
0
8
Silvia Salcedo
Hipnotizada
11
1
9
Manuel Sanz Lázaro
Náusea
12
0
10
Danny Rosse
La bellota George
4
2
11
Juan Antonio Marín
La joven
8
2
12
Adolfo Pascual
El fin del comienzo
10
1


Y los finalistas son...
-
5
Roberto Ruiz
La chimenea
Vota a 3
2 votos
|
10
Danny Rosse
La bellota George
4
2
11
Juan Antonio Marín
La joven
8
2

Dicho esto... adjunto los tres relatos finalistas. En esta fase debéis votar uno de los tres!
Muchas gracias de veras por participar y hacer posible un evento más en el blog.

 5.- La chimenea
Marta, con apenas cinco años, supo ver enseguida que la abultada barriga de su mamá le iba a traer problemas, y efectivamente, un par de meses después apareció en la casa como por encanto un pequeño intruso llorón que se llevaba todas las atenciones de su mamá y, lo que era infinitamente peor, lo que más le dolía, también las de su papá.

A tan temprana edad ya sabía lo que era odiar.

Tan pequeña, y ya tan paciente, sólo tenía que esperar que llegase la fría estación invernal, y que las manos que tanto la abrazaban no hacía mucho tiempo, tan ausentes de ella ahora, prendieran la llama en los troncos de la apagada chimenea para poder invocar a ese dios que, ella sabía, habitaba tras ese fuego, y así, de esa forma, solucionar el problema de ese maloliente intruso….con un pequeño empujón suyo….
10.- La bellota George

Hace mucho tiempo, en las tierras altas de Escocia, dos viejos y grandes robles dejaban caer sus bellotas a medida que entraba el otoño, todas excepto una a la que llamaron George. La bellota George quedó en la rama de uno de los robles durante más tiempo de lo que cualquier otra bellota había estado antes.
Un oscuro día de tormenta, cuando el viento soplaba más fuerte, George fue cogido por una potente corriente de aire y arrancado de aquella rama, yendo a parar sin poder evitarlo a la parte trasera de la camioneta de unos cazadores. George viajó durante cientos de millas al sur hasta llegar a la antigua ciudad romana de Towcester, donde los baches de la calle principal le impulsaron fuera de la camioneta hasta chocar contra el muro de la iglesia. Una anciana, que paseaba, contempló atónita cómo éste rodaba hasta chocar contra su zapato. Se agachó, lo cogió, se lo echó al bolsillo y continuó con su marcha hacia la colina a la que iba cada tarde a contemplar la puesta de sol. Una vez arriba, se sentó en el banco como de costumbre y contempló el horizonte, respirando profundamente. Cogió a George de su bolsillo, lo apretó en su mano y, como si un deseo estuviese pidiendo, cerró los ojos durante unos segundos. Se agachó, dejando a George en el suelo, y lo apretó con el pulgar introduciéndolo unos centímetros en la tierra. Pronto comenzó a echar raíces, augurando los tiempos que venían por delante. El buen tiempo de aquellos meses debilitaba cada vez más al pequeño George, que no había probado trago en los últimos tres días. Había comenzado a perder su esperanza, cuando el cielo se tornó negro y un fuerte estruendo rompió el silencio en aquella colina. Una enorme gota de agua cayó de lleno en la única y arrugada hoja de George, haciéndole recuperar la fe y creer que su vida en este mundo podría ser posible de nuevo. Ésta es la historia de George: el roble que algún día se convertiría en el más grande y esbelto del mundo.

11.- La joven

La joven leía cabizbaja un libro no muy grueso. El traqueteo del metro parecía no molestarla. No había nadie más en aquel vagón. Solo nosotros. Parecía estancada en la misma página. Nunca supe que hacíamos allí aquella noche, en aquella estación que elegí por error al querer huir de esta ciudad aunque no estaba claro si esa decisión estuvo fuera de lugar. Cuanto más la observaba, mayor era la paz que me transmitía. Inspiraba ternura, una necesidad insatisfecha de estar junto a ella por el resto de los días. Le pregunté por el título del libro. Me contestó sin alzar la vista: “Me perdí en tus sueños”. ¿Sobre qué trata?, volví a preguntar. Me respondió que: “había una vez un niño que soñaba, este niño creció, se hizo adulto. Dejó se soñar y perdió al niño que en él habitó”.

—¿Por qué huyes? —me preguntó de repente. 

—Porque, en esta ciudad, no puedo dormir.

Entonces alzó la vista y reconocí los ojos que soñaba cada noche de pequeño, recordé el crepitar del roble dando calor a la chimenea. Pasó de página y me fueron devueltos todos los sueños perdidos durante tantos años.

14 comentarios:

  1. Siguiendo con mi opinión anterior voto al relato número 10

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    1. Muchas gracias, María por votarme. En tan pocas palabras, menos de 200, es difícil contar una historia. Quizás con una mayor longitud hubiera ido mejor jejeje

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  3. Vuelvo a votar por aquí, el número 11.

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  4. Siguiendo mi voto anterior, voto el 11.

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  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    1. De haber sido más corto, mi voto hubiera sido para el número 10. Como yo no me puedo votar, por descarte he votado al número 5.

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  6. Hola! Me parece que tu blog está chulo , ya te he seguido, y me quedo por aquí (:
    espero que te pases por mi blog y me sigas de vuelta:
    http://mylifeinsimplelittlewords.blogspot.com.es/ Besos^^ Nos leemos (:

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  7. Mi voto es para el número 10.
    Saludos .

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Tu opinión es fundamental. ¡Gracias de nuevo! Te esperamos ;)

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